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No éramos nada, no fuimos nada y seguramente nunca lo íbamos a ser, pero era tan sencillo para los demás ver como era inevitable la atracción entre nosotros, como me mirabas y como te miraba. Mis celos que cualquiera podría ver y luego estaban los tuyos, tan ocultos y reprimidos. Y que decir de ellos, de nosotros.
Tu con ella y yo con el.
Tu la amabas a ella.
Yo no a el.
Ella no te amaba a ti.
El me amaba a mi.
¿Qué más puedo decir? Quiero que me abraces, quiero que me hagas reír como siempre lo haces, quiero que me digas estupideces y yo te responda con más estupideces pero no como esos amigos que se importan más de lo que creen pero no lo demuestran, si no más, quiero más.
Mucho más.
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